domingo, 21 de marzo de 2010

Una noche en la ópera y algo más

L´arbore de Diana
El sábado pasado fuimos a la ópera con unos amigos. Me encanta acudir a estas representaciones. Mi marido es el encargado de adquirir las entradas. Hay que decir que con tal destreza que se ha convertido en un verdadero experto en la "caza y captura" de las mejores butacas. Tiene su calendario y no se le pasa ni una. El día de la representación todo gira en torno a la ópera. Comemos pronto, nos arreglamos y solemos llegar con tiempo suficiente para poder dar un paseo por el Palacio Real, acercarnos al Mercado de San Miguel (muy recomendable) o ir a Alambique. Hemos descubierto la clave para entender la representación en su conjunto. Acudir a las conferencias que el musicógrafo José Luis Téllez ofrece media hora antes de cada función en el Salón Carlos III de la segunda planta. La charla desvela todos los secretos de la representación; pone énfasis en situarnos el contexto histórico, unas breves pinceladas del autor y lo que a mí me parece más importante, desgrana la historia de manera tan gráfica que nos adelanta lo que la puesta en escena ofrece.
Ekaterina Lekhina

"L’arbore di Diana" de Vicente Martín y Soler, llegó a representarse en el Burgtheater de Viena entre 1783 y 1792 más veces que las mozartianas Le nozze di Figaro, Don Giovanni y Cosi fan tutte juntas. Dirección escénica de Fernando Negrín y la batuta de Ottavio Dantone. Me encantó la voz de Diana (Ekaterina Lekhina) y la puesta en escena.

Tengo que decir que iba con demasiadas expectativas, ya que me enamoró una ópera del músico valenciano que había visto el año pasado: "Il burbero di buen cuore". La puesta en escena de "L´arbore de Diana", a cargo de Francisco Negrín, es moderna, con claros toques de ópera bufa (empieza la representación con un perro "teledirigido", algunas bailarinas son hombres caracterizados...)

La duración fue de casi tres horas con una pausa. Los intermedios son una parte importante de la noche: se respira aire limpio (una vez pudimos acceder a la terraza que da al Palacio Real), se comenta la obra y se toma un aperitivo.

Después nos fuimos a cenar a "La Esquina del Real" (Amnistía, 4 tel: 915594309) , restaurante MARAVILLOSO a un paso del Teatro. Su cocinero, alma y dueño del local nos trata con tanto mimo que salimos diciendo siempre lo mismo. Es nuestro restaurante favorito. Especializado en cocina francesa, sus platos estrellas (al menos para mí) es la ensalada de codornices deshuesadas, las delicias reales, el foie, el helado de castañas... Marcel y Rodica lo inauguraron y Jesús ha continuado su labor con tesón, acierto y continuidad en la carta.

Maravillosa noche del sábado.

Al sol de la Toscana

Villa Saint Michelle (1)
Siempre que llegan estas fechas y planteamos las próximas vacaciones de verano, solo hay una premisa: SOL Y MAR. Adoro los días largos, la playa, la sensación que da el sol sobre la piel mojada, levantarse temprano, desayunar frente al mar, hacer deporte al aire libre... resumen de FELICIDAD.


El verano es lo suficientemente largo como para hacer algún plan alternativo. Recuerdo con verdadero cariño un viaje de tres semanas por la Toscana y la Costa Azúl. Me encantaría volver con las niñas. Florencia, Siena (tuvimos la inmensa suerte de coincidir con el Palio), Pienza, Chiusi, San Giminiano... Es una de las zonas de Italia más importantes por su patrimonio artístico e histórico.

Catedral de Santa María del Fiore

Florencia es una de las ciudades que más me han impactado. La visité dos veces en mis tiempos de estudiante y la última vez hace 10 años. No sé si puedo decir que sufrí el "Síndrome de Stendhal", pero si que me causó un impacto admirar tanta belleza junta. El Duomo de Santa María del Fiore, pasear por el Ponte Vecchio, sentarse a tomar un "panini" en La Piazza de la Signoria. Muy recomendable las Galerías Uffici (primer museo del mundo en lo referente a pintura renacentista)...En cada esquina hay una iglesia y en cada plaza, estatuas.

Leyendo el otro día un artículo de viajes, descubrí un hotel maravilloso: "Villa San Michelle" (http://www.villasanmichele.com/) Ya había oido hablar de él hace años. Se trata de un hotel idílico, ubicado en una colina donde se divisa Florencia. Es un hotel del siglo XV, por lo que el lujo es algo intangible, que reina solo en los detalles. Pero lo que más me llamó la atención fue su escuela de cocina (1). Pensando en mi hija mayor, una verdadera "gourmet" y amante de los fogones, sé que le encantaría. Hay curso esclusivos para niños de 8- 14 años (mis hijas tienen 9 y 11 años) donde les enseñan a cocinar platos de la Toscana, otros cursos sobre cocina italiana y "the ultimate florentine experience".

Sería un plan fabuloso, aunque no me hospede en este hotel, es una visita obligada, aunque solo sea para disfrutar de unas maravillosas vistas a Florencia y a sus famosos fogones. Estoy segura que mis hijas se apuntan a este apetecible plan.